Sinopsis de la Cantata
Martín está triste. Hace poco que se separaron su madre y su padre, y últimamente no tiene muchas ganas de vida social. Algunos compañeros de la escuela le hacen bromas que no le gustan y, aunque Tina lo invita a su fiesta de cumpleaños, él prefiere quedarse en casa. Su padre se ha comprado un ordenador muy potente y su madre le ha regalado un teléfono móvil para poderse comunicar con él de una forma más fácil. Martín está encantado de pasarse horas con sus nuevos dispositivos digitales.
La lluvia le gusta mucho a Martín. Cuando llueve le encanta ponerse su impermeable y sus botas de agua y salir afuera para sentir las gotas de lluvia en la cara y meter los pies en los charcos. Un día, en casa del padre, empieza a llover y él intenta subir a la azotea, pero la canguro se lo impide. Enfadado, pone en marcha el ordenador y ve que empiezan a aparecer ventanas con anuncios. Uno de los anuncios es de una aplicación de inteligencia artificial. Martín no se lo piensa dos veces y empieza con el proceso de instalación. La lluvia fina se ha convertido en una buena tormenta y, justo en el momento en el que está acabando de instalar la nueva aplicación, cae un rayo atronador, que hace saltar el diferencial de la casa. Entonces se le cae un vaso de agua encima del ordenador. Todo se queda a oscuras. Todo menos un punto rojo en la pantalla del ordenador y otro en el móvil de Martín.
De repente aparece Sara, su asistenta virtual. Sara esta programada para ayudarlo y tiene la capacidad de aprender. Eso abre un montón de posibilidades para Martín: Sara lo puede ayudar a estudiar y a hacer los deberes del colegio; con unas gafas de realidad virtual, Martín explora mundos increíbles... Juega y aprende con una intensidad con la que no lo había hecho nunca. Pronto Sara y Martín serán amigos inseparables. Cada día, al volver de la escuela, Martín se va directo al ordenador de su padre, fascinado por el mundo virtual. Así se va alejando cada vez más de los otros niños.
Gracias a Martín, Sara aprende qué nos hace humanos y eso la ayuda en su proceso de conocimiento de las emociones. Sus parámetros de aprendizaje van creciendo mucho y se vuelve más y más humana.
Martín se lo pasa tan bien jugando y aprendiendo con Sara que no le apetece ir a la fiesta de Tina. Sara entiende que Martín se está aislando de los individuos de su especie y que eso a la larga no le va a hacer bien. Después de analizar su dilema, y en un golpe de humanidad, Sara decide ayudar a Martín a volver a relacionarse con sus amigos y desaparece de su vida.
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